La implicación política de la ciudadanía
¿Qué es la política?
Si consultamos la RAE, no existe una definición de política. Nos remite a político. En su quinta definición nos dice: una persona que interviene en los asuntos de gobierno y en negocios del Estado. Pero, a mí me gusta más la novena acepción que nos dice: político es un ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, su voto, o de o cualquier otro modo. Consultando otras definiciones de Política, podemos resumir que: es la ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los estados mediante un conjunto de los procedimientos y medidas que se adoptan para dirigir los asuntos que afectan a la sociedad o tienen relación con ella. O sea todo lo que los políticos deciden para el conjunto de una comunidad, afecta a todos los miembros de dicha sociedad.
Sin duda si la/el ciudadan@ deja el peso de la creación de estas normas solo a los políticos, está actuando de manera inconsciente, porque el que se dedica a la política en exclusiva pierde el contacto de la realidad social. Y, tiende a pensar que su razón, está por encima de todas las demás razones, por lo cual está legislando para él y no para el conjunto.
Por suerte hay un régimen de convivencia que nos permite a todos participar de la vida política: La Democracia. Esta nos da la oportunidad de intervenir en la vida pública, con la participación ciudadana conjunta, mediante referéndum vinculante, iniciativa legislativa popular, revocatoria de mandato, plebiscitos y consulta popular. Las dos primeras formas -referendos e iniciativas- son ejemplos de legislación directa.
L@s ciudadan@s debemos involucrarnos en la vida pública, no podemos resignarnos a que todo venga “desde arriba”. No es bueno limitarse a la queja y a la crítica. Debemos agruparnos y exigir que se cumplan nuestros derechos a hacer política, no podemos, no pueden obligarnos a votar cuando a ell@s se les ocurra. Tenemos que poder utilizar todos los mecanismos que nos ofrece la democracia, las iniciativas legislativas ciudadanas, que se nos consulte más sobre los asuntos que nos afectan. Y, la ciudadanía tiene la obligación de responder y participar y sobre todo tenemos el derecho de poder revocar a aquel electo que falta a sus obligaciones al que se salta el programa que ofreció, que se corrompe, o simplemente que no vale para el trabajo que ejerce. Limitarse a vocear en los bares o tragarse la vida al rojo vivo o participar desde casa de las tertulias pseudo-póliticas de las teles. Todo esto sólo nos hace comportarnos como árboles que necesitan del viento para tener movimiento.
Hace 7 años la ciudadanía salió a las calles y a las plazas a hacer política. ¿Que ha pasado desde entonces? Que han aumentado las desigualdades, y se han recortado las libertades. Porque de nuevo nos conformamos de que otr@s, resuelvan nuestros problemas.
Antonio Rodríguez Ledesma