Corría el año 2020 de nuestra era y un Dragón tenía asolada una comarca de Catalunya. Este dragón atacaba indistintamente a ricos y pobres, hombres y mujeres, niños y viejos, especialmente a estos últimos que eran los mas indefensos, (El dragón era un cobarde). Se llevaba a las personas y los devoraba sin piedad. Se llamaba SARS-CoV-2 y actuaba con un ritual que se llamo COVID 19 Donde la gente que atacaba sentía dolor de cabeza, aumento de la temperatura corporal o falta de aire, así como algún dolor.
La Población se organizó enseguida en brigadas de lucha contra él. Unos se ocuparon de la limpieza, otros del abastecimiento, y algunos de la atención médica. Paralelamente a estas acciones se organizó un sorteo para ver que ciudadanos eran entregados al Dragón para calmar su ansiedad de muerte
Incluso el señor de esas tierras se encontró afectado, pues vio como su madre anciana, estaba seleccionada y le llegó el turno de ser sacrificada por el monstruo.
La historia nos habla de muchos héroes pero había uno en especial que quedó señalado en los libros de cuentos y leyendas. Se llamaba Jordi, y era un joven médico que acababa de aprobar el Mir, no tenía experiencia, no tenía obligación, pero aun así, se presentó de voluntario a un hospital. Quería ser solidario y poner su grano de arena en la lucha contra el monstruo. Aun a costa de su propia vida. Así que se coloco una mascarilla y un gorro como yelmo, un buzo de plástico como armadura, y unas polainas de plástico y se lanzó al ataque. Trabajó durante 10 horas en planta tomando temperaturas, llevando líquidos a los enfermos, aseándolos y animándolos. Al acabar la jornada se ofreció a atender a los mas mayores que se sentían mas solos y los ponía en contacto con sus familiares para paliar su soledad, y le leía libros o les llevaba una radio que les hiciera compañía. Así conoció a Gloria la madre del Señor. Y se formó un vínculo especial.
Ella, Gloria un día empeoró y tuvo que subir a una sala de cuidados especiales. Jordi no dejó de visitarla a través de los cristales ni un solo día. Le daba ánimos, le contaba historias para animarla y le insuflaba ganas de continuar. Así pasaron 15 días y por fin Gloria pudo salir de ese encierro y allí estaba Jordi que aunque no podía abrazarla si la recibió con una gran sonrisa y un signo de victoria. Y la obsequió con una Rosa roja de papel que había hecho en el poco tiempo que le quedaba. Gloria al salir tiró la rosa sobre el dragón y este desapareció. Todo volvió a la normalidad, el pueblo lo celebró con cánticos en sus balcones y con sirenas Esta historia se recopilo en un libro infantil. Y desde entonces el 23 de Abril día que salió Gloria del hospital, se celebra la festividad de Sant Jordi en Catalunya, donde la gente se regala Rosas, y libros. Porque la rosa crece en las situaciones mas adversas, y los libros, son los custodios y memoria de batallas, con sus derrotas, pero sobre todo de triunfos.
